En este artículo encontrarás las alineaciones probables de cada equipo de LaLiga para esta jornada, además de información de interés sobre los partidos y el nombre del cronista de Diario AS que se encarga de cada uno de ellos.
El Sadar se convirtió en un fortín donde Osasuna firmó una de sus victorias más emocionantes de la temporada: un 2-0 ante el Atlético de Madrid que reavivó el sueño europeo de la afición rojilla. El estadio, encendido por la ilusión, vibró con cada jugada de un equipo que supo ser valiente, intenso y, sobre todo, eficaz. El partido comenzó con equilibrio, pero poco a poco los navarros empezaron a imponer su voluntad. Al minuto 25, Alejandro Catena rompió la paridad con un testarazo imponente tras un córner ejecutado por Bryan Zaragoza. Fue un gol que encendió las gradas y apagó las ideas de un Atlético irreconocible, sin chispa ni respuestas. Los de Simeone, ya clasificados para la próxima Champions, ofrecieron una versión gris, carente de ambición. Griezmann, suplente de inicio, no logró alterar el ritmo cuando entró al campo. Con el partido acercándose al final, Kike Barja envió un centro medido al área, y allí apareció el infalible Ante Budimir para cabecear el 2-0. Con este tanto, el delantero croata alcanzó los 20 goles en Liga, igualando el récord histórico de Osasuna en Primera División. Fue el broche de oro a una noche mágica en Pamplona. El Atlético, mientras tanto, terminó cabizbajo, acumulando una nueva derrota fuera de casa. Osasuna, en cambio, se fue ovacionado. Con 48 puntos, iguala al Rayo Vallecano en la lucha por la plaza de Conference League. A falta de dos jornadas, la esperanza europea sigue viva en el corazón rojillo. El Sadar, como en las grandes noches, volvió a creer.
Vallecas volvió a latir con intensidad en una noche de emociones cruzadas, cuando el Rayo Vallecano y el Real Betis empataron 2-2 en un duelo que supo a poco para ambos. El arranque del Rayo fue arrollador. Con el estadio entregado, los de Íñigo Pérez se adelantaron con un tanto de Jorge de Frutos, que aprovechó un balón rechazado por el larguero. Poco después, Florian Lejeune se sumó al festín con otro gol de libre directo al filo del descanso. El Betis, desconectado y sin alma, parecía condenado a una noche amarga. Pero el fútbol no entiende de lógica. Tras el descanso, los andaluces despertaron. Cucho Hernández, con su habitual movilidad, recortó distancias tras una buena jugada individual. El empate llegó desde los once metros, obra de Isco, que superó a Batalla con frialdad. En el tramo final, el Rayo lo intentó con ímpetu, empujado por un estadio que soñaba con Europa. Pero el gol no llegó. El empate deja al conjunto franjirrojo con 48 puntos, igualado con Osasuna en la pugna por la plaza de Conference League. El Betis, por su parte, amarró su sexta posición, pero se aleja del sueño Champions.
Simeone tiene como duda a Barrios. Pellegrini tiene lesionados a Diego Llorente, Bellerín, Chimy Ávila, Marc Roca, Vieites y Sabaly.
En la caldera de Cornellà, bajo un cielo tenso y con la ciudad dividida, el FC Barcelona escribió el capítulo final de su título liguero: un sólido 0-2 ante el Espanyol que proclamó a los azulgranas campeones de LaLiga 2024-2025. Fue una victoria cocinada con paciencia, sufrida durante tramos del partido, pero sentenciada con talento y juventud: la firma de Lamine Yamal y Fermín López selló el 28º título de la historia culé. El derbi comenzó en un clima de alta tensión. El Espanyol saltó al campo con hambre y coraje. En los primeros minutos, los locales exigieron al máximo a Szczęsny, que respondió con reflejos de campeón. El Barça, sin embargo, mantuvo la calma. Sabía que era cuestión de tiempo. Y entonces apareció el genio. En el minuto 52, Lamine Yamal tomó la pelota con esa mezcla de descaro y magia que ya lo sitúa entre los grandes. Recortó hacia dentro y soltó un zurdazo desde la frontal que besó la escuadra. Golazo. Y alivio. El joven de 17 años volvió a ser el jugador diferencial, el que enciende la luz en los momentos cruciales. Con el Espanyol roto emocionalmente y en inferioridad numérica tras la expulsión de Leandro Cabrera por una agresión a Yamal, el Barça lo remató. En el añadido, Fermín López culminó una contra magistral liderada por el propio Lamine. El canterano no falló, y la Liga quedó sentenciada. La celebración fue contenida, casi clandestina en el campo, pero en el vestuario blaugrana la alegría era total. El título cerraba una temporada sobresaliente con Hansi Flick al mando, con la Supercopa, la Copa del Rey y ahora el campeonato doméstico. Tricampeones.
En la calidez del Estadio de la Cerámica, donde el amarillo del sol se funde con el de las gradas, el Villarreal dio un paso firme hacia la gloria europea con una victoria incontestable por 3-0 sobre un Leganés desbordado. Fue un partido sin concesiones, donde la calidad y pegada del Submarino Amarillo impusieron su ley desde el primer minuto. El conjunto de Marcelino no tardó en descifrar el partido. Ayoze Pérez, en estado de gracia, abrió el marcador en el minuto 23 tras un disparo de Pedraza que desvió el atacante español. El tanto fue un mazazo para los pepineros, que apenas se estaban asentando sobre el césped. Y ahí, en medio del desconcierto visitante, volvió a aparecer Ayoze. Ocho minutos después, el canario culminó una jugada trenzada con una definición sutil ante la salida del portero. El Villarreal se gustaba, y su rival apenas podía contener el aluvión. Antes del descanso, el golpe final: Nicolas Pépé, incisivo por la derecha, se quedó mano a mano con el portero, y envió el balón a la red con un disparo seco. Era el 3-0 y el silencio de la zaga visitante lo decía todo. El Villarreal estaba firmando uno de los partidos más plácidos de la temporada. La segunda parte fue un ejercicio de control por parte del equipo castellonense. El Leganés, impotente y superado en lo táctico, apenas generó peligro. Los errores defensivos se acumularon, y Borja Jiménez, en el banquillo visitante, no encontraba respuestas en la pizarra. Con este triunfo, el Villarreal encadena su cuarta victoria consecutiva y acaricia el billete para la próxima Champions League. En cambio, el Leganés se hunde un poco más, con el descenso como sombra inminente. Necesitará un milagro en las dos jornadas restantes para mantenerse en Primera.
Hansi Flick recupera a Iñigo Martínez y Pablo Torre, pero tiene lesionados a Koundé, Ferrán Torres, Marc Bernal, Ronald Araújo. Marcelino tiene lesionado a Akhomach y son duda Barry, Kiko Femenía y Albiol.
En el corazón de Donosti, bajo el gris plomizo del Reale Arena, el Celta de Vigo firmó un triunfo de oro ante una Real Sociedad desdibujada, que volvió a evidenciar su desconexión con el gol. Fue un 0-1 con aroma de Europa para los gallegos, que aprovecharon su única gran ocasión y resistieron con orden y coraje. La primera parte fue pareja, con mucho tanteo y pocas llegadas claras. Pero cuando el reloj se acercaba al descanso, el Celta lanzó su golpe. Borja Iglesias recibió entre líneas y asistió a Alfon González, que remató forzado en primera instancia, pero cazó el rebote para empujar el balón a la red. Era el minuto 43, y la Real, como tantas veces esta temporada, se quedaba a merced de un detalle. La segunda mitad fue un asedio txuri-urdin. Los de Imanol Alguacil dominaron el balón, empujaron desde los costados, buscaron centros, rebotes, segundas jugadas… pero faltó lo de siempre: acierto. Oyarzabal, el capitán, tuvo la más clara con un cabezazo que besó el larguero. Zubimendi pidió penalti tras una caída en el área, pero el VAR ni siquiera se inmutó. Cada intento de la Real parecía chocar contra un muro invisible, un guion que se repite y frustra a la afición. Mientras tanto, el Celta resistía. Claudio Giráldez, que introdujo siete cambios respecto al once anterior, diseñó un equipo compacto, solidario, eficaz. Sin apenas renunciar al balón cuando lo tenían, pero sabiendo sufrir cuando tocaba. El partido fue un ejercicio de madurez celeste, que terminó celebrando como se celebran las victorias que valen más que tres puntos. Con este triunfo, el Celta acaricia la clasificación europea. La Real, en cambio, acumula su 18º partido sin marcar en Liga esta temporada. Una estadística que duele, más aún cuando el calendario se agota y Europa parece ya un espejismo. En San Sebastián, volvió a reinar el silencio. En Vigo, la ilusión empieza a tomar forma.
Vallecas vibró intensamente en un partido cargado de emociones, con Rayo Vallecano y Real Betis firmando un empate 2-2 que dejó un sabor agridulce para ambos. El Rayo comenzó arrollador, adelantándose con goles de Jorge de Frutos y Florian Lejeune, pero el Betis reaccionó tras el descanso. Cucho Hernández acortó distancias e Isco igualó desde el penalti con gran frialdad. A pesar del empuje final de los locales, el marcador no se movió más. El Rayo suma 48 puntos, igualando a Osasuna en la lucha por la Conference League, mientras que el Betis mantiene la sexta plaza, lejos ya de la Champions.
Claudio Giráldez tiene lesionados a Starfelt, El-Abdellaoui y Jailson. Íñigo Pérez recupera a Nteka, pero tiene lesionado a Mumin, Joni Montiel y Aridane, además de la duda Camello.
En un encuentro lleno de tensión y entrega, el Deportivo Alavés logró imponerse por 1-0 al Valencia en Mendizorroza, en un partido donde la lucha y la garra se impusieron sobre el juego vistoso. Fue un triunfo muy celebrado por los locales, que pelean por mantenerse en la categoría y supieron aprovechar una de las pocas oportunidades claras que tuvieron. El gol decisivo llegó en la segunda mitad con la firma de Joan Jordán desde el punto de penalti. Un penalti muy protestado por los visitantes y que el árbitro señaló pese a que el VAR le hizo ir a la pantalla para revisarlo. Desde ese momento, el Valencia intentó reaccionar y volcarse al ataque, pero se topó con una defensa organizada y un ambiente hostil que no les permitió crear peligro real. Los minutos finales se vivieron con mucha tensión, con el Alavés defendiendo cada balón como si fuera el último y el Valencia buscando desesperadamente el empate, sin éxito. La derrota complica la situación de los valencianos en la lucha por entrar en competiciones europeas, mientras que el Alavés suma tres puntos vitales en su objetivo de permanencia.
En el Coliseum Alfonso Pérez, bajo la presión de una jornada decisiva, el Athletic Club selló su billete para la próxima UEFA Champions League con un triunfo clave por 0-2 frente a un Getafe que lucha por la permanencia y acusó su falta de puntería y acierto. El partido comenzó con mucha intensidad, pero pocas ocasiones claras. El Getafe, consciente de lo que se jugaba, puso corazón y lucha, intentando crear peligro, pero se encontró con una defensa vasca bien ordenada y un Athletic que, aunque dominaba la posesión, no lograba romper el muro local en la primera mitad. La emoción llegó en la segunda parte, cuando el marcador se abrió gracias a un error defensivo del Getafe. Gorka Guruzeta, rápido y oportunista, aprovechó la ocasión para marcar un golazo desde fuera del área con un disparo raso que adelantó al Athletic en el minuto 75. Fue un golpe duro para los azulones, que intentaron reaccionar, pero no lograron encontrar la fórmula para romper la defensa rival. Para cerrar el triunfo, Dani Vivian apareció en el minuto 89 para rematar con el pie un saque de esquina y sentenciar el partido con el 0-2 definitivo. La victoria reafirmó al Athletic en la cuarta posición, asegurando su regreso a la Champions League tras once años de ausencia. Mientras el conjunto vasco celebraba un éxito histórico, el Getafe encadenó su sexta derrota consecutiva y se mantiene en la zona baja, con la permanencia aún por confirmar.
Carlos Corberán recupera a Javi Guerra y André Almeida, aunque tiene lesionado a Correia y es duda Foulquier. Valverde recupera a Iñaki Williams, pero tiene las bajas de Nico Williams y Yeray.
En el Santiago Bernabéu el Real Madrid logró un triunfo agónico por 2-1 ante el Mallorca que solo sirvió para retrasar 24 horas el alirón del Barça. El encuentro comenzó con un jarro de agua fría para el madridismo. Apenas pasaban diez minutos cuando Valjent cazó un balón suelto en el área y, con temple, batió a Courtois para silenciar momentáneamente el estadio. El Mallorca, ordenado y valiente, se parapetó atrás mientras Leo Román firmaba una noche de antología bajo palos. Hasta once paradas sumó el joven meta balear, que mantuvo con vida a su equipo hasta bien entrada la segunda mitad. Pero el Real Madrid tiene a Mbappé, y eso cambia todo. En el minuto 68, el astro francés recogió un balón al borde del área, sorteó rivales como quien esquiva el viento y colocó un disparo ajustado al palo para empatar el partido. Gol número 40 en su primera temporada como madridista. Historia viva. El empate parecía sentenciado. El Mallorca resistía, el Madrid empujaba sin precisión… hasta que apareció un chico de la cantera: Jacobo Ramón. Minuto 95. Vallejo prolonga de cabeza un balón aéreo y Jacobo con un disparo de 9 marcó el gol de la victoria. Fue un partido de resistencia, de insistencia y de fe. El Bernabéu lo celebró, aunque los 3 puntos no sirvieron de nada. Por su parte el Mallorca se mantiene a un punto de Europa.
En el Coliseum Alfonso Pérez, el Athletic Club logró una victoria crucial por 0-2 ante un Getafe que pelea por asegurar cuanto antes la permanencia. Aunque el primer tiempo fue intenso pero sin ocasiones claras, el Athletic dominó la posesión y mantuvo una defensa sólida. El gol llegó en el minuto 75, cuando Gorka Guruzeta aprovechó un error defensivo para anotar con un potente disparo desde fuera del área. El Getafe intentó reaccionar, pero sin éxito. Ya en el 89, Dani Vivian sentenció el partido tras rematar un saque de esquina. Con esta victoria, el Athletic aseguró su plaza en la próxima Champions League después de once años, mientras que el Getafe encadenó su sexta derrota consecutiva y sigue luchando por mantenerse en Primera.
Jagoba Arrasate podrá contar con Robert Navarro y Morlanes, pero tiene lesionados a Abdón Prats, Asano y Chiquinho. Bordalás recupera a Juanmi y Berrocal. Djené está sancionado y Álex Sola lesionado.
En el Reale Arena de Donosti, el Celta de Vigo se impuso 0-1 a una Real Sociedad incapaz de encontrar el gol, prolongando su mala racha. La primera parte fue igualada, pero justo antes del descanso Borja Iglesias asistió a Alfon González, quien aprovechó un rebote para marcar. En la segunda mitad, la Real dominó el balón y buscó con insistencia el empate, pero la falta de acierto y el larguero evitaron que lograran marcar. El Celta, bien organizado y sólido, supo resistir el asedio y celebró una victoria clave que le acerca a Europa, mientras la Real suma ya 18 partidos en total sin anotar en Liga y ve cómo se alejan sus opciones continentales.
En el José Zorrilla, en un ambiente apagado por el descenso ya confirmado del Real Valladolid, el Girona encontró la luz que necesitaba para acercarse a la permanencia. Fue un partido espeso, de poco brillo, pero en el que apareció un viejo lobo del área: Cristhian Stuani. Durante buena parte del encuentro, ambos equipos ofrecieron más ganas que acierto. El Valladolid, herido en su orgullo, quiso regalar una última alegría a su afición, mientras que el Girona, con la presión de la clasificación apretando, no terminaba de soltarse. Las ocasiones llegaban con cuentagotas y el miedo a perder se sentía en cada pase impreciso. Pero en este tipo de partidos, siempre hay alguien que huele la sangre. En el minuto 80, tras un balón parado bien peinado por David López, apareció Stuani. El uruguayo, eterno, se adelantó a su marca y definió con la frialdad de los que ya lo han visto todo. Diez goles esta temporada, cuatro en los últimos cinco partidos, y uno que puede valer una salvación. El pitido final supuso una mezcla de sentimientos: alivio para un Girona que roza el objetivo, y resignación para un Pucela que encadena su décima derrota consecutiva y se despide de Primera con una de las peores rachas de su historia.
Imanol Alguacil podrá contar con Zakharyan, aunque tiene lesionados a Oskarsson, Aguerd y Becker. Está sancionado Aihen. Míchel tiene lesionados a Bryan Gil, Van De Beek, Miguel Gutiérrez y Misehouy.
En el Ramón Sánchez-Pizjuán, con el nerviosismo flotando en el aire y la necesidad pesando como una losa, el Sevilla FC encontró un pequeño respiro en forma de victoria. Un 1-0 ante la UD Las Palmas que no solo rompió una racha de ocho partidos sin ganar, sino que devolvió algo de fe a una afición que no deja de creer. El partido fue tenso, de dientes apretados, sin grandes florituras, pero con mucha carga emocional. El Sevilla sabía que solo valía ganar, y desde el inicio mostró una actitud más firme que en semanas anteriores. La recompensa llegó al comenzar la segunda parte. Corría el minuto 52 cuando Álvaro García Pascual, oportuno como los delanteros de antaño, cabeceó a la red un balón colgado tras una jugada a balón parado. El estadio explotó, no tanto por la belleza del gol, sino por lo que significaba: esperanza. Las Palmas, herida pero no entregada, reaccionó bien. McBurnie incluso marcó en el minuto 77, pero el colegiado anuló el tanto por una falta previa sobre el portero Nyland. Las protestas fueron intensas, pero el VAR confirmó la decisión y el gol no subió al marcador. Fue el último aliento del conjunto canario, que luchó hasta el final sin premio. Con esta victoria, el Sevilla certifica su salvación. Las Palmas, en cambio desciende matemáticamente. Fue una noche de alivio sevillista, de impotencia grancanaria y de fútbol de supervivencia. En Nervión, al menos por un día, volvió la sonrisa.
En el Santiago Bernabéu, el Real Madrid sufrió para vencer 2-1 al Mallorca y retrasar 24 horas el alirón del Barça. El partido comenzó mal para los blancos, con Valjent adelantando a los visitantes en el minuto 10. El joven portero del Mallorca, Leo Román, realizó once paradas clave para mantener a su equipo en el partido. Sin embargo, Mbappé igualó en el 68 con un disparo preciso, su gol número 40 esta temporada. Cuando todo parecía indicar un empate, Jacobo Ramón, un canterano, marcó en el minuto 95 tras una asistencia de Vallejo, dando la victoria al Madrid en una noche llena de emoción y entrega. El Mallorca se mantiene cerca de puestos europeos pese a la derrota.
Caparrós recupera a Isaac Romero, pero tiene lesionados a Nianzou, Rubén Vargas y Akor Adams. Ancelotti recupera a Lucas Vázquez, Lunin y Tchouameni, pero tiene lesionados a Rodrygo, Camavinga, Militao, Carvajal, Alaba, Vinícius, Brahim Díaz y Mendy. Está sancionado Rüdiger y es duda Asencio.
En el José Zorrilla, con el Real Valladolid ya descendido, el Girona logró un triunfo vital para asegurar la permanencia. Fue un partido tenso y apagado, donde ambos equipos mostraron más ganas que claridad. El momento clave llegó en el minuto 80, cuando Cristhian Stuani, con su experiencia, aprovechó un balón parado para marcar el único gol del encuentro. Este tanto, el décimo del uruguayo en la temporada puede ser decisivo para la salvación del Girona. El final trajo alivio para los visitantes y resignación para un Valladolid que encadenó su décima derrota seguida y se despide de Primera con una de sus peores rachas.
En Mendizorroza, el Deportivo Alavés se impuso 1-0 al Valencia en un duelo intenso y de mucha entrega. El gol decisivo llegó en la segunda mitad, cuando Joan Jordán transformó un penalti lleno de polémica en el que el árbitro mantuvo su decisión pese a la llamada del VAR. El Valencia buscó el empate, pero chocó contra una defensa sólida y un ambiente complicado. Con esta victoria, el Alavés suma puntos clave para evitar el descenso, mientras que el Valencia complica sus opciones europeas.
Álvaro Rubio tiene lesionados a Chuki, Javi Sánchez, David Torres, Aidoo y Juric. Coudet tiene lesionados a Abqar y Diarra.
En el Ramón Sánchez-Pizjuán, el Sevilla rompió una racha de ocho partidos sin ganar al imponerse 1-0 a Las Palmas, devolviendo esperanza a su afición. El gol llegó en el minuto 52, cuando Álvaro García cabeceó tras una jugada a balón parado. Las Palmas intentó reaccionar y tuvo un gol anulado por falta previa, pero no logró marcar. Con esta victoria, el Sevilla confirma su salvación, mientras Las Palmas firmó su descenso de categoría. Fue una noche de alivio para Sevilla y tristeza para Las Palmas.
En el Estadio de la Cerámica, el Villarreal firmó una victoria contundente por 3-0 sobre un Leganés desbordado. Ayoze Pérez abrió el marcador en el minuto 23 y repitió ocho minutos después con una gran definición. Antes del descanso, Nicolas Pépé cerró la goleada con un disparo preciso. En la segunda mitad, el Villarreal controló el partido mientras el Leganés, superado y con errores defensivos, no pudo reaccionar. Con esta cuarta victoria consecutiva, el Villarreal se acerca a la Champions, mientras el Leganés ve el descenso casi inevitable.
Diego Martínez tiene la baja de Kirian y las dudas Fábio Silva y Bajcetic. Está sancionado Mika Mármol. Borja Jiménez tiene lesionados a Franquesa y Barisic.
En El Sadar, Osasuna firmó una victoria vibrante por 2-0 ante un Atlético de Madrid apagado, reavivando su sueño europeo. Alejandro Catena abrió el marcador con un cabezazo tras un córner, y más tarde, Ante Budimir, con su gol número 20 en Liga, selló el triunfo. El Atlético, ya clasificado para la Champions, mostró una versión apagada sin respuestas ofensivas. Osasuna, ovacionado por su afición, iguala al Rayo en la lucha por la Conference League y mantiene viva la esperanza a falta de dos jornadas.
En Cornellà, el FC Barcelona selló su título liguero con un 0-2 ante el Espanyol, proclamándose campeón de LaLiga 2024-2025. El derbi fue intenso y tenso, con un Espanyol combativo que exigió a Szczęsny en los primeros minutos. Pero el talento juvenil del Barça marcó la diferencia: Lamine Yamal abrió el marcador con un golazo en el minuto 52, y tras la expulsión de Leandro Cabrera, Fermín López sentenció en el añadido. La victoria confirmó el tricampeonato de los azulgranas bajo Hansi Flick, cerrando una temporada espectacular.
Vicente Moreno tiene disponible a todo su equipo tras recuperar a Rubén García. Manolo González tiene lesionado a Olivan y está sancionado Cabrera.