En el último partido de la temporada en el Metropolitano, el Atlético de Madrid despidió a su afición con una contundente goleada por 4-1 ante el Real Betis. Fue una tarde de emociones, goles y posiblemente despedidas, marcada por la irrupción de un nuevo ídolo colchonero: Julián Alvarez. El delantero argentino se echó el equipo a la espalda desde el primer minuto. A los diez, firmó uno de los goles del año con un soberbio disparo de falta desde más de 30 metros que dejó clavado al portero. Antes del descanso, Le Normand amplió la ventaja tras un centro de Lino que remató con precisión. El Atlético se marchó al vestuario dominando con autoridad, ante un Betis que pareció más pendiente de no desgastarse que de competir. En la segunda parte, Pablo Fornals dio un breve atisbo de reacción verdiblanca con un golazo de tijera, pero fue un espejismo. De nuevo apareció Alvarez, esta vez combinando con Griezmann, para marcar el tercero y dejar claro que el partido era suyo. Ya en el añadido, Correa cerró la goleada tras una asistencia del propio Julián. Con esta victoria, el Atlético asegura la tercera plaza y cierra el curso liguero en casa con optimismo de cara al futuro. El Real Betis por su parte se queda sin opciones de meterse entre los 5 primeros.
En la calurosa tarde de Mestalla, el Athletic Club firmó una victoria tan ajustada como decisiva ante un Valencia que se despidió de Europa entre lamentos y resignación. El 0-1 final reflejó la eficacia de un equipo que supo esperar su momento. Ese instante de inspiración llegó en las botas de Álex Berenguer. El duelo fue una batalla táctica, con dos equipos que se respetaron más de lo que se atrevieron. El Valencia, obligado por la necesidad de ganar para mantener vivas sus opciones europeas, empujó con más corazón que ideas. Pero el conjunto de Valverde, ordenado y sereno, supo aguantar y esperar la chispa que desequilibrara la balanza. Y así fue. En el minuto 72, Unai Gómez vio el hueco y sirvió el balón a Berenguer. Sin dudar, el navarro se perfiló y soltó un latigazo seco desde fuera del área que se coló por la escuadra, imparable para Mamardashvili. Un gol de los que se repiten en bucle. De los que definen partidos. Tras el tanto, el Athletic cerró líneas y el Valencia, a pesar del empuje de su gente, no encontró caminos hacia el empate. El pitido final trajo dos caras de la misma moneda: los bilbaínos celebraban su plaza en la Supercopa con discreción profesional, mientras el público valencianista despedía con aplausos a los suyos, consciente de que, un año más, Europa queda lejos pero la imagen desde la llegada de Corberán fue muy positiva. Todo apunta a que Mamardashvili, el portero georgiano, vivió su último encuentro en Mestalla antes de poner rumbo al Liverpool. Su nombre fue coreado por una grada que, pese a la derrota, supo reconocer el esfuerzo. Mestalla cerró el telón con el sabor amargo de la ocasión perdida, mientras el Athletic se marcha con un triunfo que premia una temporada notable con la Champions y la Supercopa.
Pellegrini tiene lesionados a Lo Celso, Diego Llorente, Marc Roca, Vieites, Johnny, Sabaly, Chimy Ávila y Héctor Bellerín. Carlos Corberán tiene lesionados a Sergi Canós y Correia.