El atacante francés anotó un doblete en el ajustado triunfo blanco por 3-2 sobre el Celta
Bajo el cielo claro de Chamartín, el Real Madrid sacó adelante un duelo de alta tensión ante el Celta de Vigo, con un triunfo por 3-2 que empezó como una exhibición y terminó como una seria advertencia. Durante más de una hora, el equipo blanco dominó con autoridad, liderado por el talento emergente de Arda Güler y la contundencia de Kylian Mbappé, MVP de la jornada. El joven turco abrió el marcador pasada la media hora, culminando una gran jugada colectiva con un disparo preciso tras pase de Lucas Vázquez. Poco después, Mbappé firmó el segundo con un derechazo tras una asistencia quirúrgica de Jude Bellingham, haciendo temblar al sistema defensivo celeste. Ya en el inicio del segundo tiempo, el propio Mbappé anotó el tercero a pase de Arda Güler, cerrando una actuación de ensueño que parecía sentenciar el partido. Pero el fútbol siempre guarda espacio para el suspense. El Celta, herido en su orgullo, encontró vida con un tanto de Javi Rodríguez en el 69′, y apenas siete minutos después, Williot Swedberg aprovechó un servicio de Iago Aspas para marcar el segundo. Con el 3-2 en el marcador, el Bernabéu pasó del aplauso a la incertidumbre. Los últimos minutos fueron de contención y resistencia para el equipo de Carlo Ancelotti, que logró retener la ventaja y sellar una victoria que mantiene viva su esperanza en la carrera por el título. Fue una jornada de luces y sombras para el Madrid: brillante durante una hora, vulnerable en el tramo final. Pero al final, lo que cuenta son los tres puntos y la certeza de que el campeonato aún no ha dicho su última palabra. El Celta por su parte sigue mostrándose como un equipo que nunca se da por vencido.
En una tarde vibrante en el Estadio de la Cerámica, el Villarreal desplegó su mejor repertorio ofensivo para doblegar por 4-2 a un Osasuna que, aunque reaccionó en la segunda parte, no logró contener el vendaval amarillo. El protagonista del primer acto fue Ayoze Pérez, que abrió el marcador apenas en el minuto 2 con un remate certero tras una jugada elaborada. El conjunto navarro intentaba asentarse en el campo cuando, en el 33′, Thierno Barry amplió la ventaja con una gran definición al contragolpe. Solo seis minutos después, Ayoze firmó su doblete, dejando el partido prácticamente sentenciado antes del descanso. Osasuna volvió del vestuario con otro ánimo y logró recortar distancias por medio de Rubén García en el 66′, pero el Villarreal volvió a golpear con rapidez. Nicolás Pépé, que había asistido en el primer gol, firmó el cuarto para los locales con una jugada individual brillante en el 71′. Ya en el tramo final, Aimar Oroz maquilló el resultado con un penalti transformado en el minuto 81, aunque no fue suficiente para inquietar a los de Marcelino. Con esta victoria, el Submarino Amarillo se afianza en la quinta plaza de LaLiga y mantiene vivas sus aspiraciones de Champions, mientras que Osasuna ve frenada su escalada y stendrá que pelear mucho para asegurarse una plaza europea.
En una isla encendida por el sol y el nerviosismo de la recta final de LaLiga, el Valencia conquistó un triunfo vital por 2-3 ante Las Palmas, en un partido trepidante que agitó la clasificación tanto por arriba como por abajo. Fue un choque de emociones, de giros inesperados y de un protagonista claro: Hugo Duro. El delantero valencianista abrió la lata en el minuto 22, conectando un centro milimétrico de Gayà para batir a Horkas. El tanto silenció momentáneamente el Estadio de Gran Canaria, pero justo antes del descanso, un penalti revisado por el VAR por mano de Diego López devolvió el ánimo a los locales. Sandro Ramírez no falló desde los once metros y envió el partido al descanso con tablas. La segunda parte trajo más vértigo. Otra vez Hugo Duro, en estado de gracia, culminó una contra perfecta tras una buena conducción de Mosquera y asistencia de Diego López. Con el 1-2, Las Palmas trató de recomponerse, pero un infortunado autogol de Álex Suárez, tras un centro lateral desviado, puso el 1-3 que parecía definitivo. El conjunto canario no se rindió. En el 83’, Oliver McBurnie, de cabeza, redujo distancias y metió el miedo en el cuerpo a los de Carlos Corberán. Los minutos finales fueron un asedio de los amarillos, pero el Valencia resistió con oficio y coraje. Con esta victoria, el equipo che alcanza los 42 puntos, sellando prácticamente la permanencia y dejando abierta una puerta hacia Europa. En cambio, Las Palmas se queda en una situación delicada, con la salvación a tres puntos y solo cuatro jornadas por delante. Fue una tarde de lucha, goles y corazones agitados, donde el Valencia encontró la calma en medio de la tormenta.
En Cornellà, el Espanyol saboreó durante ochenta minutos una victoria que parecía definitiva, pero el Real Betis tenía otros planes y firmó una remontada de película en los compases finales. Fue un duelo de contrastes: el ímpetu perico frente a la paciencia andaluza, la ilusión por asegurar la salvación contra el sueño de Europa. El conjunto blanquiazul salió al césped con la energía propia de quien se juega la vida, y su esfuerzo tuvo premio en la primera mitad. Roberto Fernández, con un remate preciso tras una gran combinación ofensiva, adelantó al Espanyol en el minuto 30, haciendo estallar de alegría al RCDE Stadium. Mientras tanto, Joan García, que celebraba su 24º cumpleaños, sostenía el marcador con intervenciones seguras y reflejos felinos. Pero en el segundo acto, Pellegrini movió el banquillo y el Betis cambió el ritmo del encuentro. El equipo verdiblanco, más incisivo y decidido, comenzó a empujar al Espanyol contra su área. Y cuando el cronómetro marcaba el minuto 85, apareció Lo Celso para igualar el partido con un disparo que se coló junto al poste tras una preciosa jugada individual. El empate era un jarro de agua fría para los locales, pero aún quedaba más por venir. Ya en el tiempo añadido, el brasileño Antony se inventó una jugada desde el vértice del área, sorteó a su marca y soltó un zurdazo letal que entró con violencia en la escuadra de la portería perica. Fue un gol de otra dimensión, un misil que dejó congelado a un Espanyol atónito y desató la locura en el banquillo bético. Con este triunfo, el Betis sigue soñando con la Champions, mientras que el Espanyol deberá seguir remando para confirmar una permanencia que, durante buena parte del partido, sintió como segura. El fútbol volvió a mostrar su cara más impredecible, esa que en un suspiro cambia la alegría por desconsuelo.
El Ramón Sánchez-Pizjuán vivió una tarde llena de incertidumbre y agobio en el empate 2-2 entre Sevilla y Leganés, un resultado que deja a ambos equipos con sentimientos encontrados. Para el Sevilla, el punto obtenido les permite respirar un poco, pero aún permanecen en la zona baja de la tabla, luchando por evitar el descenso. Para el Leganés, el empate se sintió como una oportunidad perdida, ya que necesitaban una victoria para acercarse a la salvación. El partido arrancó con un error garrafal de Nyland, el portero sevillista, quien falló en un despeje que permitió a Munir adelantar al Leganés en el minuto 6. El estadio se quedó en silencio tras el gol temprano, pero el Sevilla no tardó en reaccionar. En el minuto 20, Kike Salas remató de cabeza un córner ejecutado por Suso, que volvió a brillar tras su regreso al once titular, poniendo el 1-1 en el marcador. La segunda mitad arrancó con más dinamismo y, en el minuto 69, Isaac Romero adelantó al Sevilla con un buen gol a pase de Juanlu, desatando la alegría en Nervión. Sin embargo, la ventaja no duró mucho. Solo tres minutos después, en el 72′, Javi Hernández aprovechó un centro para marcar de cabeza y devolver el empate al marcador. La emoción continuó hasta el final. En el tiempo añadido, el Leganés tuvo una oportunidad dorada para llevarse la victoria cuando Diomandé se encontró solo frente a la portería vacía, pero erró en su remate y dejó escapar una ocasión clave que podría haber marcado la diferencia en la lucha por la permanencia. Este empate deja al Sevilla con 38 puntos, todavía en la lucha por escapar de la zona roja, mientras que el Leganés, con 31 puntos, ve cómo el tiempo se le agota en su intento por salvar la categoría. Ambos equipos, con mucho en juego, tendrán que afrontar las últimas jornadas con una concentración absoluta para evitar el desastre.
Vallecas vivió una noche de alegría contenida y fútbol de resistencia en la jornada 34 de LaLiga, donde el Rayo Vallecano se impuso por la mínima al Getafe en un duelo madrileño cargado de tensión. Un cabezazo certero de Florian Lejeune a los ocho minutos, tras un saque de esquina botado con precisión por Isi Palazón, fue suficiente para sellar la victoria franjirroja. El tanto tempranero dio alas a un Rayo que supo gestionar la ventaja con inteligencia y entrega, arropado por su afición, que empujó en cada jugada como si fuera la última. Los de Iñigo Pérez, sólidos en defensa y disciplinados en el centro del campo, supieron contener a un Getafe que, pese a sus intentos, nunca encontró claridad en los últimos metros. El conjunto azulón, inmerso en una preocupante racha negativa, mostró brotes de reacción, pero volvió a estrellarse contra sus propios errores. El partido se les puso aún más cuesta arriba con la expulsión de Djené en el minuto 80, una acción que terminó de apagar cualquier intento de remontada.