En una tarde cargada de contrastes en el Estadio Olímpico Lluís Companys, el Barcelona vivió una celebración empañada por la derrota. Mientras el equipo y la afición festejaban el reciente título de liga, el Villarreal se encargó de aguar la fiesta con una victoria por 2-3 que no solo sorprendió al campeón, sino que también selló su clasificación para la próxima edición de la Champions League. Desde el inicio, el conjunto castellonense dejó claro que no venía de invitado. A los cuatro minutos, Ayoze Pérez abrió el marcador tras una jugada bien trenzada que pilló desprevenida a la zaga culé. El gol silenció momentáneamente al estadio, aunque no tardó en llegar la reacción azulgrana. Lamine Yamal, con un zapatazo desde fuera del área, igualó el encuentro en el minuto 38, encendiendo nuevamente a los aficionados. Poco antes del descanso, Fermín López completó la remontada momentánea con un gran remate desde la frontal que puso el 2-1 en el marcador. El partido, sin ser decisivo para el Barça en lo clasificatorio, mantenía una intensidad inesperada. El Villarreal, sin embargo, no bajó los brazos. Al inicio de la segunda mitad, Santi Comesaña sorprendió con una vaselina precisa tras una asistencia de Yeremy Pino, devolviendo las tablas al encuentro. Cuando parecía que el empate sería el resultado definitivo, apareció Buchanan en el minuto 80, culminando una contra con un gol que dio la vuelta definitiva al marcador. El Barcelona intentó sin éxito forzar el empate en los últimos minutos, pero el Villarreal defendió su ventaja con firmeza. El pitido final dejó sensaciones encontradas: alegría por el título en el lado azulgrana, pero también el sabor amargo de una despedida en casa con derrota. Para el equipo de Marcelino, en cambio, la noche fue perfecta: una victoria de prestigio y un billete para la Champions asegurado, rubricando una campaña notable lejos de casa.
En un Ramón Sánchez-Pizjuán encendido tanto por el calor como por el descontento de su afición, el Real Madrid puso punto final a su temporada liguera con una victoria por 0-2 ante un Sevilla superado por la tensión y las expulsiones. Fue un encuentro atípico, donde la evidente superioridad numérica del conjunto blanco no se tradujo en control absoluto hasta bien entrada la segunda parte, y en el que las decisiones arbitrales no hicieron más que avivar la ira de la grada sevillista, cansada de una campaña para el olvido. El choque se descompuso muy pronto para el cuadro andaluz. A los once minutos, Loïc Badé fue expulsado con roja directa tras frenar con una falta a Mbappé cuando el francés enfilaba solo hacia Nyland. Un mazazo inicial que dejó a los locales en inferioridad desde casi el arranque. Sin embargo, el Sevilla tiró de carácter y orgullo para resistir el vendaval blanco, impulsado por una afición que no dejaba de alentar con furia cada acción defensiva. Pero la tensión aumentó tras el descanso. En el 47', Isaac Romero también vio la roja por una entrada dura sobre Tchouameni, dejando a su equipo con nueve hombres. A partir de ahí, el desarrollo del partido se volvió predecible: el Madrid monopolizó la posesión y empujó constantemente, mientras el Sevilla se encerró atrás, buscando resistir como fuera. El cerrojo, sin embargo, terminó por ceder en el minuto 75. Luka Modric, con su habitual visión privilegiada, filtró un pase perfecto que Mbappé aprovechó para abrir el marcador con un disparo ajustado desde la frontal. El gol fue celebrado con fuerza, como si quitara de encima el peso de la frustración acumulada. Con el Sevilla ya sin piernas ni aliento, el Madrid sentenció poco después. Gonzalo García encontró a Bellingham entre líneas y el inglés definió a puerta vacía para poner el 0-2 definitivo. El resto fue trámite. El conjunto merengue se llevó los tres puntos sin alardes, mientras el Sánchez-Pizjuán se vaciaba entre silbidos, pancartas de protesta y una sensación de ruptura total entre la grada y la directiva.
Marcelino tiene lesionados a Akhomach y Ayoze Pérez. Son duda Albiol y Yéremy Pino. Caparrós tiene lesionados a Nianzou, Lokonga, Saúl y Akor Adams. Es duda Rubén Vargas y están sancionados Badé e Isaac Romero.