En el corazón de Donosti, bajo el gris plomizo del Reale Arena, el Celta de Vigo firmó un triunfo de oro ante una Real Sociedad desdibujada, que volvió a evidenciar su desconexión con el gol. Fue un 0-1 con aroma de Europa para los gallegos, que aprovecharon su única gran ocasión y resistieron con orden y coraje. La primera parte fue pareja, con mucho tanteo y pocas llegadas claras. Pero cuando el reloj se acercaba al descanso, el Celta lanzó su golpe. Borja Iglesias recibió entre líneas y asistió a Alfon González, que remató forzado en primera instancia, pero cazó el rebote para empujar el balón a la red. Era el minuto 43, y la Real, como tantas veces esta temporada, se quedaba a merced de un detalle. La segunda mitad fue un asedio txuri-urdin. Los de Imanol Alguacil dominaron el balón, empujaron desde los costados, buscaron centros, rebotes, segundas jugadas... pero faltó lo de siempre: acierto. Oyarzabal, el capitán, tuvo la más clara con un cabezazo que besó el larguero. Zubimendi pidió penalti tras una caída en el área, pero el VAR ni siquiera se inmutó. Cada intento de la Real parecía chocar contra un muro invisible, un guion que se repite y frustra a la afición. Mientras tanto, el Celta resistía. Claudio Giráldez, que introdujo siete cambios respecto al once anterior, diseñó un equipo compacto, solidario, eficaz. Sin apenas renunciar al balón cuando lo tenían, pero sabiendo sufrir cuando tocaba. El partido fue un ejercicio de madurez celeste, que terminó celebrando como se celebran las victorias que valen más que tres puntos. Con este triunfo, el Celta acaricia la clasificación europea. La Real, en cambio, acumula su 18º partido sin marcar en Liga esta temporada. Una estadística que duele, más aún cuando el calendario se agota y Europa parece ya un espejismo. En San Sebastián, volvió a reinar el silencio. En Vigo, la ilusión empieza a tomar forma.
Vallecas vibró intensamente en un partido cargado de emociones, con Rayo Vallecano y Real Betis firmando un empate 2-2 que dejó un sabor agridulce para ambos. El Rayo comenzó arrollador, adelantándose con goles de Jorge de Frutos y Florian Lejeune, pero el Betis reaccionó tras el descanso. Cucho Hernández acortó distancias e Isco igualó desde el penalti con gran frialdad. A pesar del empuje final de los locales, el marcador no se movió más. El Rayo suma 48 puntos, igualando a Osasuna en la lucha por la Conference League, mientras que el Betis mantiene la sexta plaza, lejos ya de la Champions.
Claudio Giráldez tiene lesionados a Starfelt, El-Abdellaoui y Jailson. Íñigo Pérez recupera a Nteka, pero tiene lesionado a Mumin, Joni Montiel y Aridane, además de la duda Camello.