Uzuni salvó al Granada. El albanés apareció cuando la bocina estaba apunto de sonar con un empate que condenaba a los nazaríes a volver sufrir una semana complicada. Pero el goleador mandó el balón a la misma escuadra cuando todo el equipo rojiblanco empujaba en busca del gol del empate. Porque, tras irse al descanso ganando 2-0, los granadinos, sin intensidad, tiraron a la basura la ventaja en cinco minutos ante un Eldense que demostró ser un equipo sólido y nada fácil de ganar. Una victoria, in extremis, que no debe tapar el mal partido rojiblanco.