
Iván Ania fue bautizado en su día en Oviedo por quien fuera presidente del club Eugenio Priego como “el príncipe”. Este tipo de apelativos, siempre cariñosos, se guardan para los jugadores formados en la casa y que tienen un algo muy especial. Y en clave del Córdoba, durante la década pasada, se hablaba de un jugador que prometía mucho y que respondía al nombre de Sebas Moyano,

