‘Somos el Espanyol y esta es nuestra vida’ rezaba en catalán la pancarta que, cubriendo todo un lateral, recibía a los jugadores pericos y del Oviedo en la que sería la tarde más trascendental y memorable de la historia de Cornellà-El Prat. Que no del equipo perico, con 123 años de trayectoria, seis descensos y otros tantos ascensos en una sola temporada. Y 87 años, 88 ya seguro, en Primera División.