Moría el partido con un punto que se traducía en mucho más premio para el Zaragoza. Para el Oviedo, de hecho, era borrarse de la pelea por el ascenso directo. Pero surgió un córner en el 91 y los azules se agarraron a él. Paulino cabeceó la pelota peinada por Paraschiv y se declaró el estado de euforia en el Tartiere. El Oviedo se pone a dos puntos del ascenso directo, el Zaragoza debe esperar para cerrar la permanencia.