Un cabezazo de Nacho Vidal, un elemento inesperado en el ataque carbayón, fue suficiente para hacer sonreír de nuevo al Tartiere y empujar al Oviedo a la pelea por los puestos de ascenso directo. Fue el detalle que hizo que los azules, que pudieron sentenciar a la contra en la segunda parte, superaran a un correoso Albacete que se repuso tras una mala primera mitad con más llegadas después. Insuficiente en todo caso para dañar a una defensa, la del Oviedo, que cumplió con nota toda la noche.