Lucas Boyé impidió el liderato del Huesca con un gol de cabeza en un córner que neutralizó el tanto inicial de Soko, que minutos antes se había inventado una gran chilena para adelantar a los azulgranas. El partido quedó claramente marcado por la expulsión de Ricard, que vio la roja por un rodillazo sin balón a Soko justo cuando el árbitro indicaba el final de la primera parte. Los de Fran Escribá fueron mejores antes del descanso y supieron sufrir tras la reanudación para llevarse un sufrido empate.