El Tenerife volvió a encontrarse en El Molinón con uno de sus escenarios fetiche. El equipo de Álvaro Cervera volvió a ganar en el estadio gijonés esta vez para seguir soñando con el milagro de la permanencia y lo hizo en en esta ocasión remontando de forma clara un gol de penalti de Juan Otero, metiendo al Sporting en el lío menos esperado por los asturianos y sentenciando a Rubén Albés, que llegaba a este encuentro bajo la espada de Damocles.