Luis García Plaza es una persona locuaz, sus ruedas de prensa duran cerca de quince minutos y siempre se le ve risueño y dicharachero. Pero tras empatar con el Granada ha comparecido algo tarde, cariacontecido y respondiendo con monosílabos. Se le notaba dolido por el resultado y porque las casi 20.000 personas no se marcharan a casa con un premio mayor. En apenas cinco minutos y con los periodistas repreguntando, ha solventado el compromiso.