A Miguel Ángel Ramírez se le viene llenado la boca de reproches a diestro y siniestro, pero su equipo no deja de perder posiciones y de acumular derrotas. Vino a cambiarlo todo y ha terminado por desnaturalizar por completo al Real Zaragoza, anulando sus virtudes sin corregir ninguno de sus errores. Nada que no hayamos visto antes aquí con recién llegados en los últimos años de este infortunado peregrinar por la Segunda División. El Burgos, que no ganaba fuera de El Plantío desde el mes de septiembre, también retrató en La Romareda al Zaragoza de Ramírez, que cae hasta la decimosexta plaza, a seis puntos de la frontera con el descenso, que marca el Eldense. La injusta expulsión de Dani Gómez no puede ser excusa para este nuevo traspié, porque el Zaragoza había sido incapaz con once jugadores. Ya se sabe que los homenajes los carga el diablo y Cristian Álvarez no se merecía una despedida así.