El Oviedo, gigante en el Carlos Tartiere, jugó con los tiempos en el partido, superior al inicio, relajado después y acelerando cuando quiso para desmontar a un Tenerife demasiado inocente al que le crecen los problemas. El 3-1 resume la diferencia entre ambos, la que se muestra en la tabla, y que deja a los de Calleja escalando peldaños hacia la cumbre de Segunda.