La pólvora del Oviedo pudo con la muralla defensiva que Lisci ha construido con tanto esmero en este inicio de Liga. Llegaba el Mirandés al Tartiere con 3 goles encajados en 10 citas y en 90 minutos se llevó cuatro más. Los bofetones azules premiaron al equipo más ambicioso, sirven para alargar la racha de un Oviedo de dulce y, de paso, le cuela en la elite de Segunda.