Era una noche gris en la ciudad de la Alhambra. La incesante lluvia y el intenso frío predecían una noche difícil en Los Cármenes. El empate ante el Zaragoza y, sobre todo, la goleada recibida en Córdoba habían caldeado el ambiente, una vez más. Enfrente estaba el rival perfecto para levantar el ánimo y recobrar la confianza. El Racing de Ferrol, a 14 puntos de la salvación, tenían que ganar sí o sí para agarrarse a la categoría y mantener la fe.