
El Levante era consciente de que debía pagar un peaje con el fichaje de Álex Forés en el mercado de invierno. El delantero cedido por el Villarreal llegaba a Orriols tras pasarse la primera vuelta en blanco mientras se recuperaba de la fractura de tibia que sufrió cuando atravesaba el mejor momento de su carrera, después de marcar 16 goles la temporada pasada en Segunda con el filial amarillo.