Los Clippers tuvieron que superar un obstáculo mayúsculo en Salt Lake City para derrotar a unos hipermotivados Jazz. Tanto como para saborear una rica prórroga antes del parón de una semana que tiene la Liga por los tres días de celebración, este año en San Francisco, que dedica a sus estrellas más brillantes. Un día después de vengarse de los Lakers, con James y Doncic asociados en cancha, los locales quisieron sacarle otra victoria de mérito a un equipo de Los Ángeles, a uno contra el que habían caído las tres veces anteriores esta campaña, y por poco, muy poco, no lo lograron. Hubo remontada y salvada.