En una temporada llena de hechos extraordinarios, en lo bueno, a los Cavaliers les ha tocado ahora protagonizar un hecho verdaderamente extraordinario… en lo malo. Es francamente sorprendente, verdaderamente improbable, enlazar una racha de 16 victorias seguidas con cuatro derrotas consecutivas. El pasado domingo, un tramo de triunfos que parecía eterno acabó contra los Magic, en un mal día. Después han llegado, en el Oeste, otros tres malos días: Los Ángeles, Sacramento y ahora Phoenix (123-112). Así que son cuatro días malos seguidos para un equipo que solo había perdido diez veces en los 66 primeros partidos. De 56-10… a 56-14. Necesitaría ya, aunque sea algo anecdótico, un 11-1 en lo que les queda de regular season para firmar la mejor temporada de la franquicia. Un récord que parecía asegurado… y que básicamente se ha esfumado.