Primero pareció un receso (el empate ante el Villarreal), después un accidente (la derrota ante el Sheriff vaciando varios cargadores en el aire) y ya estamos en una protocrisis en el Madrid, un desastre en Cornellà desde Ancelotti hasta Vinicius sin pasar por Benzema, un genio contra el mundo. El Madrid perdió varios partidos en uno. El táctico, con una alineación rozando lo estrafalario. El de la intensidad, pecado colectivo. Y el anímico, que el producto del europinchazo. El equipo de Vicente Moreno sólo se afligió en el último cuarto de hora, en que encajó un gol y pudo recibir dos más, anulados por fuera de juego. Antes se mereció con creces el premio mayor del triunfo.
Se anunció temporal y convino abrigarse. Como el Madrid venía de defender igual de mal que en el inicio y atacar visiblemente peor (31 tiros ante el Sheriff para acabar disparándose al pie), Ancelotti enfatizó en el 4-4-2 bajo el que se guarecerá muchas
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