Al Madrid le fue mejor el vértigo que el mando, los extremos que el manejo, Vinicius que Jovic y tener a Courtois que no tenerlo. En un golpe de timón sobre la marcha acabó liquidando al Valladolid, un modesto que no se arruga ni se descompone. Esa resistencia en la carestía le ha mantenido vivo en esta selva. El partido, en cualquier caso, reiteró la inquietud sobre el porvenir del Madrid: arriba sigue justo y el blindaje que le dio el título hace un cuarto de hora ha desaparecido. Sólo un Courtois magnífico vigila esa frontera.
El Madrid se desayunó con otra lesión para un mes de Hazard, el galactigate que se avecina. Pasada la canción del verano (Bale) el equipo de Zidane se topa con un caso clínico que va para crónico. El del belga era el sitio de Vinicius, pero mientras pasa la vida sin Hazard Zidane sigue dando la espalda al brasileño sin demasiados argumentos a la vista. Y en cambio, contra todos los pronósticos (el...