Pretendía Osasuna meterse de pleno en la lucha por Europa. Y necesitaba el Espanyol aferrarse a la vida, sacar la cabeza del descenso para respirar, ni que fuera momentáneamente. Pero ni unos ni otros alcanzaron su objetivo. Normal, cuando para hacer goles se antoja obligatorio chutar entre los tres palos. Tan solo lo hizo Pol Lozano, en un latigazo que cuando entraba por la escuadra milagrosamente repelió Sergio Herrera. Suma Vicente Moreno en su amable retorno al RCDE Stadium y no sabe Manolo González si añade un punto, o pierde dos, en su afán por continuar siendo el inquilino del banquillo perico.