Kike García es eterno. El ariete de 35 años conquistó Heliópolis firmando un hat-trick que hundió al Betis y motivó el primer triunfo del Alavés en la Era Coudet. Tres goles para dar aire a su equipo en la lucha por el descenso ante un equipo verdiblanco que apenas expuso fútbol sobre la mesa para aspirar al triunfo. La expulsión de Perraud al inicio del segundo tiempo condicionó la cita hasta que Kike García dictaminó que era suya. Que nadie iba a reinar en el Villamarín sin su permiso. Su Alavés respira y el Betis suspira en el peor momento de Manuel Pellegrini a los mandos de los verdiblancos.