Sivera salvó al Alavés de una derrota que parecía cantada en la segunda parte. El Glorioso se quedó con diez por la roja a Sedlar y los delanteros andaluces percutieron continuamente sobre la portería de un equipo vitoriano que pedía la hora porque ya no le quedaba gas. Los cambios de Pellegrini le dieron resultado y con Abde y Chimi sobre el césped, las cosas cambiaron totalmente. Fekir también se sintió más cómodo y llevó mucho peligro sobre la meta local. Los andaluces se marcharon con las caras largas mientras que el Alavés respiró aliviado.