Plaf, plaf. Los tacos golpean el suelo del túnel a cada paso. Todos los sonidos que rodean al chico rubio que en ese momento emerge de los vestuarios son iguales pero, sin embargo, suenan distintos. La Cerámica rodea, esa Cerámica que tan bien conoce, pero a su apellido, Sorloth, la temporada pasada recibido entre vítores ahora lo envuelven los pitos. Ahora es un extraño. Alexander Sorloth ha regresado a la que hasta hace tres semanas era su casa con la camiseta del Atleti.