No hay tregua para el Girona. Los rojiblancos, atizados por el cúmulo de lesionados, se vieron sometidos por una Real Sociedad a la que le bastó un momento de tremenda inspiración de Oyarzabal para sumar tres puntos y enlazar cuatro jornadas de Liga sin perder. Los de Imanol respiran e instalan las dudas en Montilivi. Preocupación porque el equipo acabó fundido y dada la falta de efectivos, las próximas semanas, con Liga, Champions y Copa del Rey, pueden ser un vía crucis. Los donostiarras sonríen con fuerza y van a pedir jugar siempre con el Girona. El motivo es que, en Primera, nunca han perdido: tres victorias y 6 empates. Pura criptonita para los gerundenses.