San Mamés y sus leones recibieron al matagigantes, dícese del equipo capaz de avinagrar a Montjuïc y romper en mil pedazos la euforia del Atlético de Madrid. El Pepino Mecánico es un incordio constante, una pesadilla. Su leyenda crece y crece y en La Catedral resonaron sus coros de equipo invicto e imbatido ante los grandes. Su organización y su claridad de ideas prevalecieron sobre un Athletic impetuoso pero enredado en el ovillo de la ansiedad y la desesperación ante este grupo sin fisuras.