Muriqi a veces ejerce de delantero, a veces se erige en una torre de control con la que dirige el fútbol desde las alturas de su dominio aéreo. El kosovar es caso curioso. Pocos arietes condicionan tanto a su equipo y al rival con su potencial físico, ése que marida con inteligencia espacial para acaudillar partidos. En Butarque sometió a un Leganés que se reencontró con la dureza de la categoría en el rocoso despliegue del ‘7′ bermellón. Esta vez no marcó, pero le dejó en bandeja el tanto del triunfo a Dani Rodríguez tras un centro con purpurina de Lato, a veces lateral, a veces acero para barcos. Los locales, revolucionados con siete cambios, fueron incapaces de reencontrarse y se marchan al parón de selecciones con la primera derrota de la temporada y su historia en Primera ante el Mallorca, que se estrena este curso. Arrasate sigue sin perder contra los pepineros en la élite.