Las cosas no son como empiezan, sino como acaban. El Rayo comenzó perdiendo con un golazo de Raúl García de Haro y un Osasuna bien plantado atrás, pero ya se sabe... en Vallecas las cosas nunca son fáciles. El trabajo y la fe mueven montañas. Las obras de arte de Mumin, Ratiu y Unai López certificaron la remontada y encendieron una fiesta que se redondeó con el debut de James en los últimos minutos. El final en el barrio fue apoteósico con el primer triunfo en casa de la temporada del centenario. A los franjirrojos, a ilusión, no los gana nadie.