Tal y como empezó. Así acabó el partido de este sábado entre Las Palmas y el Mallorca, jugando a tumba abierta, con más pasión que conciencia, trabados ambos hasta que el descanso desató la locura. De hecho, todos los goles llegaron tras al receso, además de golpe. Si los visitantes hicieron los dos primeros en apenas 10 minutos, la armada local se esperó hasta el 77 para hacer el primero antes de meter el segundo seis más tarde.