Tener a Stuani es tener la carta del comodín. Cuando más se le necesita ahí aparece y, contra el Valencia, al charrúa de 38 años le tocó salir al rescate. Y vaya si lo hizo. El primer balón que tocó lo convirtió en gol. Sirvió para igualar el 0-1 de Diego López y llevar a su equipo al parón con un punto (más) de tranquilidad. El empate no sirve a los rojiblancos para catapultarse hacia la zona de lucha europea, pero sí para mantener a raya el descenso. Lo mismo para el Valencia. Le puede quedar la sensación de oportunidad perdida para lograr su primer triunfo a domicilio de LaLiga, pero sigue ‘salvado’. Nunca va mal sumar.