Uno de los mantras más repetidos por Rafa Benítez la temporada pasada era la insistencia en señalar que los jugadores del filial no estaban preparados para dar el salto al primer equipo. “Primera RFEF no es Primera División”, repetía una y otra vez el madrileño. Claudio Giráldez se ha empeñado desde el primer día en llevarle la contraria y el tiempo ha tardado poco en darle la razón. El partido de este mediodía contra el Valladolid solo fue otro saco de razones para el porriñés, que alineó hasta seis jugadores formados en el Fortuna desde el inicio y luego añadió a Damián. Todos fueron clave en este nuevo triunfo del Celta, que 27 años después arranca la Liga con tres victorias en Balaídos.