Era Viernes Santo y en el RCDE Stadium no faltaron 25.003 fieles renunciando prácticamente a sus vacaciones. Y hubo dolores, que se lo digan a Jofre, que por poco pierde la tibia ante un Uche que fue acertadamente expulsado. Clavos como los de una cruz. Pero también se culminó una resurrección. La de un Espanyol que ante el Getafe consiguió su tercera victoria consecutiva, algo nunca visto desde los tiempos de Rubi -con los mismos puntos a estas alturas, 38, acabó en Europa- y que permite a los pericos, merced a un gol de Kumbulla y las exquisiteces de Edu Expósito, hacerse con una permanencia virtual que ya tenían amarrada los azulones.