Sólo un milagro salvaría ya de descender a Segunda al Espanyol, que tras perder en el Villamarín queda a ocho puntos del 17º con apenas siete jornadas por delante y un calendario terrorífico que incluye visitas a Valdebebas, San Sebastián y el Camp Nou. El conjunto de Abelardo firmó casi su sentencia de muerte en un ejercicio de completa impotencia, ante un Betis que estrenaba entrenador, Alexis, que se jugaba poco y que a partir de ahora se jugará menos todavía, 37 puntos deberían ser suficientes para salvarse ya. Un remate a bocajarro de Wu Lei llegando al descuento, que parecía imposible de fallar pero estrelló en el portero Joel, escenifica la desgracia perica.
La victoria del Eibar ante el Valencia multiplicaba casi por dos los aires de final del partido para el Espanyol, diezmado en defensa por las lesiones (sin Cabrera ni Bernardo) y falto de efectivos arriba, entre decisiones técnicas y otros asuntos. Con De Tomás...