Entre el nerviosismo de quien teme cortar el cable que no es y la tranquilidad de quien trata la bomba como si fuera un simple despertador, porque no hay cuenta atrás sino mirada hacia adelante, a Europa en este caso, se impuso la segunda mirada. En Cornellà-El Prat, en el debut de Machín como entrenador del Espanyol, con el saber estar tuvo suficiente el Villarreal para imponerse a una escuadra perica que ni con cambio de banquillo puntúa en casa y que se mete en muy serios aprietos.
No llegó en solitario el debut de Machín, quien dio la alternativa en Primera al canterano Víctor Gómez, de 19 años, ante un Villarreal en el que regresaba Alberto Moreno tras ocho semanas convaleciente. Compareció eléctrico el Espanyol, como no se le había visto en esta Liga (y menos en casa) y como debía ser, con su situación de necesidad y con entrenador nuevo. Sin embargo, le bastó al Villarreal con aguantar el arreón, sabedor de su facilidad...
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