Los Valencia-Getafe dejaron de ser un partido más de Liga. Le rodea tal tensión a cada acción, una intensidad por cada balón, que los hace impredecibles a la par que apasionantes. Tampoco se tomó el día libre la polémica, que tomó forma con un penalti no señalado por manos de Cucurella en el 90’, una acción de las que no debería hacer falta ni VAR para verlas. Esa fue la guinda a una velada en la que quien pestañeaba se perdía algo, porque hubo un gol a los 47 segundos, tres goles del Valencia en 9 minutos, otros dos del Getafe en tan solo tres, las manos de Cucurella y un gol anulado por fuera de juego de Ángel en el 93’. Finalmente Valencia y Getafe se repartieron un punto cada uno, que no convence a ninguno porque les aleja de la zona alta y porque ambos tuvieron a su alcance los tres.
A un careo con el Getafe de Bordalás se va con las ideas cristalinas de casa o pasa lo que le pasó de salida al Valencia de Celades.
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