Una jugada a balón parado fue suficiente para que Iago Aspas inventase un truco nuevo con el tobillo y eliminara de un plumazo la esperanza del Leganés. Los pepineros desaprovecharon una ocasión de oro después de la temprana expulsión de Bradaric. El croata cometió una temeridad a los veinte minutos y dejó a su equipo con diez y con un nerviosismo incontrolable.
Awaziem tuvo en su cabeza el 0-1 a la media hora, pero Rubén Blanco despejó. El rechace le cayó a Carrillo, quien remató con el muslo de cualquier manera. El balón se iba a la red, pero Mallo apareció en el momento oportuno para desviar el esférico. Eraso probó otra vez a Rubén antes del descanso y Óscar lo intentó desde lejos tras la reanudación.
El Celta se templó en el descanso y jugó mejor colocado en la segunda parte, desactivando los escasos acercamientos del Leganés. No obstante, otra roja volvió a cambiar el duelo. Munuera expulsó a Óscar, aunque
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