El Alavés de Coudet se asoma al abismo. Dos tiros a puerta del Espanyol y un gol a favor de los catalanes. Tejero botó una buena falta y, Calero, de cabeza ante un Sivera poco afortunado, hizo el 0-1 definitivo. Minutos antes, el portero alicantino había sacado un remate de Roca, el único hasta el momento. Muchas ocasiones vitorianas malogradas y el entrenador argentino en el disparadero. Perdonar y regalar es una mala combinación.