Cuando un equipo desesperado como el Leganés perdona escandalosamente sus primeras opciones para poner al líder ante las cuerdas, la inercia dicta su sentencia. Y eso pasó en el Camp Nou, con un Barça más que mediocre, que sumó tres puntos tras ganar 2-0 al Leganés aferrado al duende de Ansu y a un arranque esporádico de Messi. El Barça reafirma su liderato, pero pierde enteros en la bolsa de las sensaciones. Del partido contra el Leganés sale con más dudas de las que entró.
La idea de que el partido era una etapa de transición en camino a Sevilla le pudo costar al Barcelona un susto memorable. Se benefició el equipo blaugrana en la primera parte de jugar a puerta cerrada, porque el murmullo de la grada hubiera sido escandaloso y preludio de los pitos de una afición que se hubiera desesperado en los primeros 45 minutos. Se demostró que la pirotecnia mediática desatada tras el partido de Mallorca fue simplemente fruto de
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