El Valladolid no deja de pedir paso en Segunda, y en San Mamés lo hizo con las luces largas y el claxon a tope de decibelios. La Catedral ya adivinó lo que se le venía con la visita del colista a la hora de comer en los prolegómenos del partido. Unos mil blanquivioletas desplazados lanzaron su grito de guerra: “Ronaldo vete ya”. Ambiente crispado y sensación de que el club está metido en una espiral implacable de autodestrucción, en fase terminal, con el descenso ya asumido y la remota esperanza de caer en él de manera digna, decorosa. En Bilbao la huella es completamente opuesta. Si no fuera por el extenuante lío con la Grada de Animación y sus encontronazos con la directiva, podría decirse que el club rojiblanco está empadronado en Disneylandia, es una fábrica del ilusionismo, domina un paisaje idílico. Mientras los visitantes se avinagraban con el dueño del club, ovación de las grandes a De Marcos en la presentación...