El PSG es una trituradora ofensiva en el año 2025 y no hay equipo, de momento, que ni siquiera pueda inquietarle. El conjunto parisino extrapoló a Europa la dinastía interminable que ha instalado desde hace más de una década en Francia y no tuvo piedad del Brest, al que venció por 0-3, sentenciando la eliminatoria de playoffs de la Champions, en otro encuentro en el que Ousmane Dembélé se vistió de verdugo y alcanzó, con un doblete, los 23 goles entre todas las competiciones, una cifra jamás antes experimentada en su carrera y que refrenda que está, ahora mismo, sin miedo a afirmarlo, entre los mejores jugadores del mundo.