No le faltaba razón a Mikel Arteta cuando afirmó en la previa que el del PSV Eindhoven era un partido que “aporta una energía diferente”. Y tan diferente. Tras dos pinchazos consecutivos en Premier League que le dejaban a 13 puntos del liderato, ambos sin goles gunners, el Arsenal se dio un festín con un gran sabor a cuartos de final. El equipo de Peter Bosz pagó los platos rotos y últimos sinsabores del conjunto londinense en la competición doméstica, y se llevó una sonara goleada en la ida de los octavos de final (1-7). Ni rastro del equipo que eliminó a la Juventus de Turín en dieciseisavos. La primera vez desde la 2010-2011 que los gunners vencen en el primer duelo de la primera ronda eliminatoria de la Champions League, y el primer equipo en la historia de la competición que marca más de 7 goles a domicilio en un partido de la fase eliminatoria.