No pudo ser en el primer intento, cuando el Aston Villa cayó en Brujas en la fase liguera merced a un penalti rocambolesco. Mings recogió con las manos un balón que Martínez había puesto en juego con un saque de puerta. Despiste grave del central, frustración mayúscula la de Emery. Ambos conjuntos quedaron nuevamente emparejados en los octavos de final donde los ingleses cobraron ventaja con su primera victoria frente a un conjunto belga. La primera desde que, en 1982, se deshiciesen del Anderlecht en su camino hacía la consagración continental. El sueño de ganar la Liga de Campeones sigue vivo en Birmingham, donde los villanos podrían confirmar el miércoles su acceso a los cuartos de final.