El cabeza de cartel de la jornada del martes estuvo a la altura de las expectativas. Soberbio. Como Alisson, que estuvo al nivel mostrado en la ida. Pero Donnarumma se redimió de la frustrante derrota en la ida. Dembélé anotó el único gol de la vuelta (0-1), y el cancerbero italiano decidió la eliminatoria con dos paradas en los penaltis. Épico.
