En una noche vibrante en San Mamés, el Athletic Club volvió a demostrar por qué sueña con la Champions. Comenzó sufriendo: el Rayo Vallecano, valiente y preciso, se adelantó a través de Pathé Ciss, aprovechando el rechace de Unai Simón tras un lanzamiento de penalti por parte de Pedro Díaz. El primer tiempo fue espeso para los de Valverde, cargado de rotaciones y sin chispa. Pero todo cambió tras el descanso. El técnico rojiblanco movió el banquillo y dio entrada a los pesos pesados. Sancet, Nico e Iñaki Williams pisaron el césped y el equipo se transformó. Sancet, MVP de la jornada, empató de penalti, y Nico, eléctrico como siempre, firmó un golazo para remontar el marcador. El propio Sancet cerró la noche con su segundo tanto, redondeando una remontada de carácter y firmando, además, el gol número 5.000 del Athletic en Primera División. Una gesta histórica. La victoria por 3-1 refuerza al Athletic en su lucha por entrar en la Champions League, y deja claro que, con su cantera por bandera, el conjunto bilbaíno tiene argumentos de sobra para seguir soñando.
El Coliseum vivió una tarde amarga para el Getafe, que comenzó con ilusión y acabó desdibujado frente a Las Palmas que se reencontró con la victoria en el momento más necesitado. Los azulones se adelantaron pronto con un certero cabezazo de Alderete, tras una falta bien puesta por Luis Milla. Parecía que el partido se encaminaba a otro triunfo sólido en casa. Pero todo se torció con la expulsión de Diego Rico en el minuto 33. El VAR intervino y transformó una entrada dura en roja directa. A partir de ahí, el Getafe se apagó, y Las Palmas olió sangre. En la segunda parte, los cambios de Diego Martínez surtieron efecto. Fábio Silva empató con un giro en el área que rompió a la defensa azulona. McBurnie, con olfato y precisión, puso el 1-2 tras un pase de Moleiro. Y fue de nuevo Fábio Silva quien firmó la sentencia: una vaselina exquisita para enmudecer el Coliseum y celebrar su décimo gol en la temporada. Con el 1-3 final, Las Palmas rompe una sequía de tres meses sin ganar y vuelve a creer. El Getafe, por el contrario, se quedó con cara de ocasión perdida por soñar con meterse en Europa y certificar su salvación.
En un Balaídos empapado por la lluvia y la frustración, el Celta de Vigo se estrelló contra un Espanyol eficaz y contundente. El equipo gallego, que venía en buena dinámica, vio cómo la tarde se torcía pronto con la lesión de Starfelt, obligando a improvisar en defensa. Aun así, el Celta llevó el peso del partido, controló la posesión y generó llegadas… pero sin puntería. El Espanyol, en cambio, fue todo lo contrario: orden atrás y precisión quirúrgica en ataque. Roberto Fernández aprovechó un error defensivo para abrir el marcador pasada la media hora. Ya en la segunda parte, con el Celta volcado, el propio Roberto firmó el segundo tras un despeje fallido de la zaga local. La afición celeste despidió al equipo con aplausos tibios y la mirada en el próximo reto: el líder de la liga. El Espanyol, por su parte, celebró una victoria de oro que le aleja del descenso y refuerza su fe en la salvación. En Vigo, sin embargo, se encendió una alarma: si se quiere mirar a Europa, no se puede fallar así.
En el Benito Villamarín, todo empezó como un sueño para el Real Betis y terminó en pesadilla. A los tres minutos, Aitor Ruibal desató la euforia con una volea imponente que adelantó a los verdiblancos. El gol encendió a la grada y pareció el inicio de una tarde redonda. Pero el Villarreal tenía otros planes. Thierno Barry empató a la media hora, aprovechando un barullo en el área que la defensa bética no supo despejar. El golpe fue inesperado, pero el verdadero mazazo llegó tras el descanso: Ayoze Pérez, el ex del Betis, apareció en el minuto 48 para definir con sangre fría tras un pase largo de Parejo. El Villamarín enmudeció. La maldición del ex, una vez más. Isco tuvo el empate, pero no estuvo fino. El Betis lo intentó con corazón, pero sin precisión ni frescura. El Villarreal, bien plantado, supo resistir y se llevó una victoria de oro en la pelea europea. Mientras el «Submarino Amarillo» sigue peleando por quedar entre los 4 primeros de la tabla, una pelea que se le escapa a los verdiblancos.
Mestalla fue testigo de una victoria tan sufrida como liberadora. El Valencia derrotó al Sevilla por 1-0 en un partido tenso, espeso, donde los nervios se respiraban tanto en el césped como en la grada. Dos históricos en horas bajas, pero con urgencias muy distintas. El Sevilla arrancó con más ambición, aunque sin filo. El VAR les anuló un penalti y un gol, y esa doble frustración pareció apagar su impulso. El Valencia, paciente, esperó su momento. Y llegó justo antes del descanso: un balón muerto en el área fue cazado por Javi Guerra, que no perdonó. Gol psicológico. Mestalla estalló. En la segunda mitad, los de Corberán supieron sufrir. Orden, oficio y un Mamardashvili providencial bastaron para frenar los intentos sevillistas. El Valencia incluso pudo ampliar su ventaja, pero el 1-0 bastó para sumar tres puntos de oro y adelantar al Sevilla en la tabla. Mientras el equipo che respira y se aleja del peligro, el Sevilla sigue en caída libre, lo que ha provocado la llegada de Caparrós.
En Mendizorroza se vivió un duelo de alta tensión que terminó con el Real Madrid imponiéndose por la mínima (0-1) al Deportivo Alavés. Fue un partido más bronco que brillante, en el que los de Ancelotti supieron sobrevivir al caos. El único gol del encuentro llegó pasada la media hora. Eduardo Camavinga, con un disparo seco desde fuera del área, rompió el muro vitoriano y adelantó a los blancos. Pero la tranquilidad duró poco: apenas cuatro minutos después, Kylian Mbappé vio la roja directa tras una dura entrada sobre Antonio Blanco. El VAR intervino, y el francés se fue antes de tiempo. Con superioridad numérica, el Alavés tuvo la oportunidad de igualar, pero le faltó colmillo. El Madrid, replegado y solidario, aguantó el empuje local con orden y un Courtois prácticamente inédito. La tensión se desbordó en la segunda parte, y las fuerzas se igualaban al ser expulsado Manu Sánchez por una dura entrada sobre Vinícius Jr. Mendizorroza, encendido, vio cómo el reloj corría sin premio. Los tres puntos vuelan a la capital, y el Madrid sigue esperando un fallo del Barça en la pelea por el título. El Alavés, por su parte, compitió, pero se fue de vacío… y sigue coqueteando con el abismo.
En el Reale Arena, la Real Sociedad vivió una tarde para el olvido. El Mallorca, práctico y contundente, se llevó los tres puntos con un 0-2 que dejó helado a un estadio que esperaba celebrarla tercera victoria seguida de los suyos. No fue así. El partido empezó cuesta arriba para los de Imanol. En el minuto 20, un error grosero de Barrenetxea fue castigado con dureza: Sergi Darder recuperó el balón y asistió a Cyle Larin, que no perdonó ante Remiro. La Real intentó rehacerse, pero se topó con un muro balear liderado por Raíllo y con un inspirado Greif bajo palos. Y por si no fuera suficiente, el golpe definitivo llegó nada más comenzar la segunda parte. Darder, el más brillante del partido, encontró espacio y firmó el segundo con un disparo certero. El mazazo fue definitivo. El Mallorca, sólido y eficaz, escala posiciones y se acerca a Europa. La Real, en cambio, se complica el panorama continental, aunque peleará hasta el final.
Finalmente, el Leganés recibió al Barcelona en Butarque con la esperanza de sorprender al líder de LaLiga, pero al final, la suerte estuvo del lado de los azulgranas, que se llevaron los tres puntos por un ajustado 0-1. El partido comenzó con el Leganés bien plantado y que tuvo una buena oportunidad de adelantarse en los primeros minutos, pero Szczęsny lo evitó con una gran intervención. El Barcelona, por su parte, dominaba la posesión, pero no lograba concretar las ocasiones claras. La peor noticia de la primera mitad fue la lesión de Balde, que provocó la entra de un Gerard Martín que demostró que tiene calidad para ser titular. Fue en el inicio del segundo tiempo cuando el marcador se movió, pero de una manera inesperada. Un centro preciso de Raphinha desde la banda derecha terminó en autogol de Jorge Sáenz, quien, en su intento de despejar el balón, lo introdujo en su propia portería. Un golpe de mala suerte para el Leganés, que veía cómo se le escapaba la oportunidad de sorprender. A pesar de verse por debajo en el marcador, el Leganés no se rindió. Siguió peleando, mantuvo su estructura defensiva y buscó alguna jugada que le permitiera igualar el marcador, pero el Barça supo mantener la calma y se llevó una victoria que no fue brillante, pero sí fundamental para mantener su ventaja en lo más alto de la clasificación. Mucho mérito tuvo también Iñigo Martínez, que realizó una intervención vital en el último suspiro para evitar el gol de Munir. El Leganés, por su parte, dejó una buena imagen, aunque ese error en el gol le impide sacar algo positivo de este encuentro.
En este artículo encontrarás las alineaciones probables de cada equipo de LaLiga para esta jornada, además de…
Saludos y bienvenid@s. Otra jornada más colaboro con mis amigos de Biwenger en este blog.…
El atacante del Celta anotó el primer hat-trick de su carrera en Primera, aunque no…
Si damos marcha atrás en el tiempo, en las Navidades de 2023 nadie pensaba que…
¡Buenas mánager! Una semana más, desde La Previa Fantasy continuamos con nuestra colaboración semanal en Biwenger. En…
En este artículo encontrarás las alineaciones probables de cada equipo de LaLiga para esta jornada, además de…