No es complicado a veces entender las sinergias que se establecen entre un entrenador y un jugador, ya sea por compatibilidad de caracteres, por similitud de estilo de juego o por la posición en la que se desempeñan.
La relación entre Simeone y MARCOS LLORENTE resultó especial desde que el segundo se puso a las órdenes del primero. Quizás LLORENTE no tiene ese estilo de juego tan aguerrido como el de Simeone, pero sí que tiene ese espíritu de dejar todo en el campo y de no dar un balón por partido, algo que en los partidos “de trinchera” que suele plantear Simeone es algo que da mucho valor al equipo colchonero.
Con más frecuencia de la que ambos querrían en el parte de lesiones por parte del jugador madrileño, habitualmente lesiones musculares que, sin ser largas en el tiempo, sí son muy incómodas para mantener la regularidad durante la temporada.
Precisamente en la fase final de recuperación de una de estas lesiones ha entrado el bueno de MARCOS, quien se prevé que pueda estar de vuelta con el equipo quizás no esta jornada, pero sí pronto, para que Simeone pueda volver a contar con él.
¿Y qué pasa cuando alguien está en fase final de recuperación? ¡Exacto! Es el momento de hablar de dinero, de cuentas, de quedarnos en positivo y de ver si tenemos hueco para un jugador como él que se está recuperando.
Tiene un valor de mercado de 6 millones, que es un valor considerable, pero debemos tener en cuenta que es un jugador que puede sumar goles con cierta facilidad y que, además, tiene facilidad para recibir 2 picas por el carácter y la entrega que derrocha sobre el campo.
Por tanto, llega el momento de hacer un hueco (económico y físico) a MARCOS LLORENTE para volver a esperar esa versión todoterreno que ya superó la decena de millones de valor de mercado en temporadas pasadas y por qué no pensar que lo puede volver a hacer. Simeone lo cree y lo espera. ¿Y tú, crees y esperas a MARCOS LLORENTE?